lunes, 18 de junio de 2012

James Bond contra Goldfinger (1964)


Aquí vemos a Ken Adam sentado en el set que supuestamente reproduce el interior de Fort Knox, el lugar donde está depositada una parte sustancial de las reservas de oro de los Estados Unidos. Vemos a este genio del diseño de producción un tanto pensativo. Según parece, Albert Broccoli ha quedado decepcionado con este decorado. Con tanto barrote, le parece una prisión para el oro. Finalmente el set se salva gracias a la intervención del director, Guy Hamilton, que no lo encuentra tan mal.
Ken Adam ha empezado a llamar poderosamente la atención con los sets que diseña para Agente 007 contra el doctor No (1962), primera película de James Bond. El film tiene un presupuesto de un millón de dólares. Aunque es relativamente ajustado, si lo comparamos con futuras entregas de la serie, Ken Adam consigue plasmar su personalísimo estilo en espectaculares creaciones. Un par de años después y visto el éxito de las dos películas precedentes, James Bond contra Goldfinger, tiene un presupuesto de 3 millones de dólares. Por tanto Ken Adam tendrá medios más holgados para sus diseños.
Como es habitual, los integrantes del equipo de producción de Goldfinger efectúan los necesarios viajes de localización. Se desplazan hasta Kentucky para ver el auténtico Fort Knox. El teniente coronel Charles Russhon, con quien Cubby Broccoli tiene muy buena relación, colabora por segunda vez en una película de la serie. Russhon ya había negociado con las autoridades turcas el rodaje de Desde Rusia con amor (1963). Ahora, consigue permiso para filmar Fort Knox desde el aire, desde una distancia que se considera prudencial. El equipo de producción allí destacado solo consigue ver el edificio desde el exterior. "Un insulso edifico art deco de los años 20", tal como lo describe Ken Adam.
Según le confesaría cuatro décadas más tarde a su vecino sir Christopher Frayling, Adam quedó muy contento de que no les autorizaran a ver el interior de Fort Knox, ya que éso le permitía diseñar un espacio absolutamente imaginario. Para documentarse fue a ver las salas abovedadas del Banco de Inglaterra en las que se guardaban las reservas de oro. Le parecieron excesivamente bajas y poco vistosas. Además los lingotes de oro, debido a su gran peso, estaban apilados en montones poco llamativos. Es así como Ken Adam decide convertir el depósito del oro en algo inolvidable. Se construye, en un plató cercano a los estudios Pinewood, una sala cuya bóveda tiene unos 40 metros de altura. "Lo diseñé como una prisión para oro -dice- con los lingotes apilados tras los barrotes". Concibe el espacio de tal modo que la cámara siempre se mueva entre oro.
En la foto vemos a un Ken Adam pensativo. Tras haber colaborado en ¿Teléfono rojo?, volamos hacia Moscú (1964) de Stanley Kubrick (que había quedado impresionado con los sets de Doctor No), volvía a la serie Bond. Pero Broccoli no parecía muy contento con la peculiar interpretación de Fort Knox. De cualquier modo "el mejor cumplido", según recuerda Ken Adam, llegaría tras el estreno. United Artists recibió unas 300 cartas de ciudadanos estadounidenses indignados con que se hubiera dejado rodar en el interior de Fort Knox. Era inadmisible que un equipo británico hubiera podido filmar en un lugar que era inaccesible incluso para el presidente de los Estados Unidos. Intolerable.

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