martes, 17 de julio de 2012

Llámale Jess (2000)


Estamos a principios de junio de 1999. En Torremolinos hace un calor importante. En ese momento no somos conscientes de ello pero, con los amigos Manel Mayol y Pere Ballesteros, estamos haciendo el que será nuestro plano secuencia definitivo. Tal vez es el tercer día que rodamos con Jesús Franco. Después de la secuencia inicial, aquella en que recita un fragmento de Carmilla de Sheridan Le Fanu, decidimos hacer algunos recorridos por diversos lugares de Torremolinos. En estos recorridos Jesús va exponiendo, sobre la marcha, sus teorías sobre el cine o la caspa nacional. Como no tenemos micrófono inalámbrico, el micro que Jesús lleva en el cuello de la camisa se conecta con un cable a la cámara. Mientras Pere no para de rodar, Manel y yo, vamos como un rayo de un lado a otro para no aparecer en plano. Tanto Jesús como nosotros, más de una vez hemos estado en un tris de accidentarnos con el dichoso cable.
Siguiendo escrupulosamente el método Jess, estamos rodando dos documentales a la vez. Es el famoso sistema back to back. El otro lo hacemos con Antonio Isasi-Isasmendi. Tengo que decir que, cuando yo tenía nueve años, un tío mío que era ingeniero me contó que había estado en el rodaje en Barcelona de Estambul 65 (1965) de Isasi. Hasta ese momento nunca me había preguntado de dónde salían las películas. Iba al cine Texas, Delicias o Chile, las veía y punto. A partir de entonces Isasi fue para mi poco menos que el inventor del séptimo arte. Por tanto, tenía documental. Así es como por la mañana rodábamos en Málaga con Isasi y por la tarde en Torremolinos con Jess.
Desde el principio, solo entrar en el Renault 5 rojo que pilotaba la tan estimada Lina Romay, todo se volvió magnético. Me desesperaba no ser una cámara y poder rodarlo todo. ¡Qué buena esa historia de Klaus Kinski! ¡O la de Christopher Lee en el campo de golf! Rodamos en los apartamentos Torre de la Roca, que es donde vivían entonces Jesús y Lina. Ellos también solían rodar allí mismo escenas de aquellos direct to video que hacían para One Shot Productions: Marie Cookie (1998), Lust for Frankenstein (1998), Vampire Blues (1999), Doctor Wong (1999), etc. De hecho, una de las primeras cosas que Jesús nos intentó inculcar fue el arte de la localización. A lo sumo a cinco minutos de los apartamentos Torre de la Roca podíamos encontrar localizaciones para cualquier película. Ese restaurante chino de la esquina es la guarida del doctor Wong. Según Jess, en aquellos apartamentos de enfrente vive "el terrorista Radek y su novia Lina". El caserón de más allá está habitado por seres de ultratumba. Etc.
Acabamos rodando en este parque de atracciones casposillo. Si os fijáis en la foto, a la izquierda podréis ver la mansión de Vampire Blues. Hay que reconocer que Jess tiene un ojo implacable. Darse cuenta de que, entre el batiburrillo de apartamentos, hay un edificio que puede dar el pego en una película de vampiras, tiene mérito. Lo mejor es que consigue aislarlo y abstraerlo del bullicio y del griterío, de las atracciones de tres al cuarto, del mercadillo mugriento, de las terrazas abarrotadas de turistas que parecen haber pasado por la parrilla de San Lorenzo y, aunque con un poco de caspa, convertirlo en gótico. No me digáis que este hombre no merece un monumento. Por ejemplo aquí, al lado de los caballitos.

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